Transcurrían los primeros días del mes de febrero de 1913, cundo Francisco I. Madero se dispuso a salir hacia palacio nacional, el ambiente tenso justificaba que fuera fuertemente escoltado por elementos del colegio militar ya que la atmósfera de desconfianza generada por las promesas incumplidas hacía que se respirara el olor de la traición.
Ataviado con un elegante traje oscuro, Madero llegó a palacio nacional en compañía de algunos funcionarios de su confianza, sin embargo ya el edificio estaba siendo rodeado por los sublevados quienes se anunciaban con disparos esporádicos y expresiones agresivas en contra del presidente.El olor a pólvora anunciaba que el momento era por demás tenso; en cualquier momento una bala podía segar la vida de cualquier ciudadano, ya se escuchaba en algunos sitios cercanos el lamento de algunos heridos, ello propició que Madero tomara la decisión de salir de palacio para conseguir refuerzos y hacer frente a la rebelión pero en el acto fue hecho prisionero junto con Pino Suárez. Las sombras de la noche caian y madero escuchó las voces de los rebeldes decír que éstos debían ser trasladados a lecumberry y posteriormente exiliados. Sin embargo, durante el trayecto, y cobijados por las sombras de la noche, los guardias que custodiaban a los prisioneros simularon un tiroteo y dieron muerte a Madero y Pino Suárez.
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